domingo, 30 de septiembre de 2012

Málaga y José Bergamín

En noviembre de 1926, Bergamín dedica a Emilio Prados y Manuel Altolaguirre el texto que se publicaría en el primer número de la revista Litoral. Queremos dedicar esta primera entrada a su memoria y lucidez.
"¿Málaga existe? Fuera de España y un poquito fuera del mundo, tal vez. Se supone que la descubrió a principios del siglo veinte el aventurero Pablo Picasso; o que la inventó, entre perspectivas septentrionales, y por sorpresa.(¡Ay, terrible broche de Picasso, doloroso como un cinturón ajustado, se me quedó clavado en las entrañas!).
Málaga limita al N con el océano glaciar ártico y al S con el océano glaciar antártico; al E, con el mar de Japón y al O con el mar de Japón, otra vez.
No tiene remedio.
La había soñado para poder llegar a verla. La he visto para no volverla a soñar.
Me moriría si no.
Hemos pasado por el puentecillo ideal, abstracción pura -sin tierra y sin rio-, blanco de plata, cartón, ausencia angélica.
Mi amigo, con una despreucupación astral digna de Hamlet adolescente -todo él hecho gabán, con el sombrerito torcido- sonrie como si estuviese en Noruega:
Mi otro amigo, se siente perdido de pronto, cogido por un pulpo de niebla rosa -eso dice él-, envuelto en su algodón...¿No le matará esa asfixia blanda? ¿o llegará, protegido por elduro papel azul -desnudo y encubierto, en el pecho una cruz sangrienta (¡no tiréis!)-, a una melancólica playa de¨África, en donde los soldados españoles se hicieron, al desembarcar, con un pedacito de lata...?
Voy andando entre capas, entre copos, entre copas de cristal rosa; y me hundo -sin querer, claro-, dentro del cielo.
 "Entre espinas crepúsculos pisando"
(¡era verdad!, ¡era verdad!)
Se empeñó en arrancar del fondo del mar las estellas que se reflejaban de la nebulosa celeste.
El gris de pita y el carnoso blanco rosado envuelto en verdinegro, no eran bastante para explicar mi maravilla; hasta que sacaron en las redes todo el mar hecho una sola rosa.
Cristo: rosa en la cruz.
(No es eso).
Figura de lo invisible.
(Eso sí).
¿Por qué sube a la torre conmigo este niñito que habla tan divinamente? ¿quiere avergonzarme con su charla, confundirme con su graciosa creación poética?.
Estoy arriba, arriba, arriba...
Vivo de milagro.
Hemos pisado a Juana de Arco otra vez; y siempre Ella grita, desesperadamente, clamando su inocencia.
-Esta perrita -dicen mis amigos- debía tener un nombre de perra de marinero...
 -No debíais darle de comer pescado frito- respondo.
La transparencia extraterrestre, la suavidad, este embalsamamiento de todo me envenena.
Cuando me vaya, llevaré en el pecho una herida incurable.
Ya no podré ser mas que extranjero -sonánbulo o borracho- bohemio sobrenatural y divino!.
Nollores. ¿Qué puede una sola mujer contra toda la feminidad del mar, de la tierra y del cielo?
La continuidad del milagro, su constante repetición, su permanencia, me volvería loco.
¡Fuera, fuera de aquí!
¿Pero cómo podré estar ya, nunca, dentro de nada?
No es la belleza lo que mata sino su belleza, prostituye el alma.
Hay que huir, camino de los montes, y sin volver la vista atrás."


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